domingo, 14 de enero de 2018

8 motivos para abordar una investigación familiar

Tras las campanadas es tiempo de buenos propósitos y plantearnos nuevos proyectos. Tal vez entre ellos, alguna vez has acariciado la idea de investigar sobre tus orígenes o bien seguir la pista a algún personaje (famoso o no) de tu interés. Si este es el caso, no demores el ponerte manos a la obra, pero antes piensa bien cuál es tu objetivo para no dar pasos en falso que te hagan naufragar en el intento apenas comiences.

Hay muchas razones (probablemente tantas como personas) para embarcarse en un proyecto de este tipo. 


Las más frecuentes giran en torno a alguno de estos objetivos:

  1. Investigar el origen de un apellido
  2. Conocer la historia de una familia
  3. Indagar en las raíces
  4. Desarrollar terapias relacionadas con medicina familiar
  5. Solucionar problemas psicológicos
  6. Ahondar en la biografía de algún personaje
  7. Materializar la historia reciente, especialmente en su vertiente local
  8. Acercarnos a la mentalidad y las prácticas culturales de nuestros mayores

Las tres primeras razones guardan mucha relación, pero las distingue un matiz que requiere utilizar fuentes y técnicas distintas para conseguir tus propósitos. En el futuro trataremos estos temas con más profundidad, pero ahora te adelanto solo algunas diferencias:

  • Investigación del apellido. Si este es tu interés, obviamente tendrás que centrarte en una de las ramas del  árbol genealógico y seguir la línea paterna o de primogenitura (según el caso). Además, es imprescindible tener conocimientos de genealogía, una disciplina auxiliar de la historia tan apasionante como compleja. La investigación requiere ser cauto, especialmente cuando tus pesquisas te lleven más allá de 1871, fecha en la que se crea en España el Registro Civil. Te recomiendo consultar la página de la BNE dedicada a Genealogía y Heráldica, así como el Blog de Genealogía Hispana. Si decides recurrir a los servicios de un profesional, se muy cauto en la elección, asegurándote de que se trata de un verdadero experto en la materia. Como curiosidad te recomiendo leer esta entrevista con Fernando Hidalgo, historiador y genealogista. 

  • Historia familiar. No necesariamente se vincula a un apellido concreto, buscando el rastro de varias ramas o tal vez solo de alguna de ellas, pero de forma exhaustiva. A diferencia de la anterior, se trata normalmente de una investigación familiar horizontal, es decir, incluye normalmente tíos y hermanos de abuelos, además de sus cónyuges. En este tipo de proyectos es muy fácil perderse, por lo que la recomendación es primero acotar el alcance para centrar las pesquisas iniciales en los familiares relevantes para tu objetivo. Suele remontarse tres o seis generaciones a lo sumo, es decir, hasta abuelos o tatarabuelos, dependiendo del número de ramas que incluya (los cuatro abuelos, o solo la rama materna/paterna). En estos proyectos, es importante comenzar por revisar la documentación familiar de la que se disponga y preguntar a los allegados. Será necesario recoger (y compartir) los avances en un árbol, para el que puede utilizarse cualquiera de las herramientas disponibles en Internet. Si la empresa te parece compleja, te puede orientar el artículo Mi árbol genealógico: ¿por dónde empiezo?

  • Indagar sobre las raíces. Si tu familia procede de distintos lugares, el proyecto tiene algún matiz distinto al de una mera historia familiar. Requiere recopilar toda la información disponible, incluyendo al menos los hermanos de los abuelos, junto a sus parejas, para completar la línea ascendente. Esto facilitará localizar descendientes que aún residan en la localidad de origen con quienes, si comparten tu interés, podrás colaborar, completando la documentación de partida. Esta incluye  fotografías, correspondencia de nuestros mayores o escrituras que aportarán valiosas pistas. Si perdiste la pista de tu familia allí, un primer paso puede ser averiguar si existe alguna asociación cultural dedicada a la historia local. Si es así, seguramente podrán facilitarte contactos de familiares u otros datos de interés. 

En todos estos casos, es muy interesante localizar los testamentos, conservados directamente por la notaría o en el Archivo de Protocolos correspondiente, porque permiten identificar con fiabilidad a los descendientes del finado y su edad, además de los padrones, no tan fidedignos con las fechas, pero muy útiles para conocer detalles como la residencia o el oficio de nuestros ancestros. La visita al archivo municipal o parroquial es, en todo caso, imprescindible.

Por otra parte, hay ocasiones en las que la investigación familiar se encuentra dentro de una terapia de atención médica o psicológica. En estos casos, no es un árbol genealógico la herramienta más útil, sino lo que se conoce como genograma. Se realizan atendiendo a una simbología específica que busca representar el detalle de las relaciones entre los miembros de una familia en un momento determinado. La perspectiva siempre es horizontal (hermanos, cuñados…), centrada por lo general en tres generaciones, girando alrededor del sujeto identificado como paciente. Es muy relevante la información de detalle sobre cada individuo, de distinto tipo según la finalidad de la terapia.



  • Se aplica también en terapias familiares, de calado social o psicológico, buscando desequilibrios emocionales o de comportamiento, basados en conflictos originados en el entorno familiar, próximo o remoto. Se utiliza en un abanico amplio de situaciones que van desde tratamientos convencionales hasta terapias alternativas, con derivadas como la teoría del transgeneracional. Hay multitud de información sobre estos temas, tanto a la hora de elaborar el genograma, como sobre la importancia de la familia en este tipo de trastornos. 


Y, finalmente, se encuentra la posibilidad de que seas un estudioso de la historia, en cuyo caso encontrarás en la investigación familiar una herramienta muy útil de aproximación al pasado, más o menos remoto, de la mano de personajes célebres o anónimos, que va a aportar matices no siempre recogidos por la literatura convencional. Por otra parte, epistolarios, recordatorios de comunión o anotaciones en los márgenes de los libros en bibliotecas privadas, son  testigos valiosos de la mentalidad de sus dueños y de sus patrones culturales. Si este es el objetivo, además de seleccionar la línea genealógica a investigar, habría que comenzar por identificar las fuentes a las necesitaremos recurrir. Como mero resumen puede resultar útil revisar el listado que se recoge en la entrada Reconstruir la historia familiar: archivos y fuentes de información, con alguna puntualización:

  • Biografías. Lógicamente el foco lo constituye el biografiado, por lo tanto es relevante la línea descendente y ascendente directa (es decir padres, abuelos), pero también una investigación familiar horizontal que recoja hermanos y tíos, ya que habitualmente forman parte del entorno de relaciones cotidianas del personaje. Según su profesión puede ser relativamente sencillo localizar información si se trataba, por ejemplo, de un militar, un maestro o un periodista.

  • Historia local. Conviene partir de una noción previa sobre las características de la época porque facilitarán localizar las fuentes más relevantes e interpretar correctamente la documentación que recopilemos.

  • Historia de las mentalidades. Especialmente relevante es la documentación de carácter personal, aunque es necesario recabar una muestra lo más amplia posible de individuos, a diferencia de lo que ocurre en las biografías donde el foco se encuentra en recopilar la mayor cantidad posible de fuentes (directas o indirectas) sobre una persona concreta.


En cualquiera de los proyectos citados la prensa de la época proporcionará noticias sobre las personas investigadas o su contexto. En este sentido la prensa local es sumamente útil por el detalle que ofrecía en cuanto a transeúntes, eventos y llegada de maestros, militares o sacerdotes a la población. En este sentido, las páginas de sociedad son una fuente muy valiosa para la historia cultural, aunque requieren recopilar un número tan amplio como sea posible de cabeceras. Por ello la consulta de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica es inexcusable, al menos como un primer paso que podrá completarse con la visita a la Biblioteca o la Hemeroteca Municipal correspondiente, a fin de ampliar la búsqueda con los ejemplares aún no digitalizados. 


UN CASO PRÁCTICO DE INVESTIGACIÓN FAMILIAR

Con independencia de la motivación de nuestras pesquisas, es necesario partir de la recopilación de los datos de que disponemos, analizarla cuidadosamente según nuestro objetivo y ser sistemático (y sobre todo paciente), a la hora de decidir los pasos que vamos a dar. Por si te resulta inspirador, a continuación puedes acceder al vídeo resumen de una experiencia de estas características en la que se incorporan varios de los fines que se han indicado. Se trata de la presentación realizada por el Grupo Cultural “Amador de los Ríos” de dos publicaciones que culminan el primer hito de una investigación en la que se embarcaron los descendientes de once hermanos, a quienes la Guerra Civil y los avatares de la posguerra dispersaron por distintas localidades de España.

Grupo Cultural "Amador de los Ríos". Baena (Córdoba).

A través de esta asociación retomaron el contacto, perdido por dos generaciones, completando su árbol genealógico en dos versiones. La primera, que ya se había iniciado antes del reencuentro,  giró sobre el apellido nexo entre ellos ("de los Ríos"), incluyéndose solo a aquellos que aún lo conservaban. El segundo, accesible por Internet, refleja las líneas ascendentes y descendentes, y en él aparecen todos los familiares, aunque ya no conservaran el apellido. En el transcurso de sus pesquisas se hizo hincapié en localizar información sobre Antonio de los Ríos Urbano, ya que fue el primer y último alcalde republicano de la localidad, desapareciendo de escena tras el alzamiento militar en aquella localidad, en el que participaron varios de sus familiares.

Ochenta años después, descendientes de unos y otros han compartido recuerdos familiares,  fotografías y documentación, recopilando noticias de prensa y documentos de archivo, plasmando en dos publicaciones la información obtenida:





En curso aún se encuentra la investigación sobre la trayectoria del apellido en la localidad y las indagaciones sobre otro miembro de la familia, Antonio Pedrajas de los Ríos, artista y militante del Partido Socialista, exiliado en Francia y cautivo en un campo de concentración. 

Se trata de un caso práctico de historia familiar, útil no solo en su vertiente genealógica, sino para la propia historia de la localidad. El detalle de la aventura y la movilización de apoyos dentro y fuera de la familia que ha suscitado, se esboza en el vídeo, pero lo trataremos en breve dentro de este blog. 


Si te interesan estos temas, 
¿he logrado convencerte de que este es el año para iniciar esa investigación
 que tantas veces te has planteado realizar?.