domingo, 1 de mayo de 2016

Giner hoy, “cada día más radical y con la camisa más limpia”


Francisco Giner de los Ríos
(Ronda 1839-Madrid 1915)
“Dos hombres han revolucionado por igual la conciencia española: don Francisco Giner y Pablo Iglesias. ¿No lo cree usted así?”.

La pregunta era formulada por Fernando de los Ríos a Indalecio Prieto con motivo del entierro de Pablo Iglesias y recogida por este en “La capa del Abuelo” texto que a su vez recopila Andrés Saborit en sus “Apuntes Históricos: Pablo Iglesias, PSOE y UGT”. Ni que decir tiene que el propio Prieto reconoce haber eludido una respuesta directa por opinar que entre uno y otro personaje no había comparación posible. Giner de los Ríos, aun habiendo golpeado el paradigma educativo de su tiempo, Prieto consideraba que nunca había llegado “al corazón del pueblo”, ni podía llegar “desde el estrecho círculo en que se movía rigiendo la Institución Libre de Enseñanza”.

El caso es que noventa años más tarde, pensando en esta conversación precisamente un primero de mayo, habiendo pasado ya más de un siglo desde la muerte de Giner, la respuesta no parece tan obvia. Más aun pensando en la diatriba “vieja política” vs. “nueva política” que aún hoy roba titulares en canales de comunicación que ni siquiera existían en 1874, cuando Giner publica “La política antigua y la política nueva”, idea retomada e inmortalizada más tarde por Ortega y Gasset

Entierro de Nicolás Salmerón.
Giner hablando con el jefe del partido
 republicano portugués B. Machado.
 Nuevo Mundo nº 769 (1/10/1908)
A diferencia de Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, Giner de los Ríos se negó no solo a vincularse con partido político alguno, sino incluso a recibir subvenciones que pudieran condicionar el desarrollo de sus ideales. Como buen krausista, aspiraba a regenerar la escena política y social española partiendo de una filosofía liberal, pero al margen de la doctrina oficial. Admirador de Nicolás Salmerón, junto a Julián Sanz del Río, Giner de los Ríos fue el principal difusor de esta corriente filosófica en nuestro país, protagonizando un viaje intelectual que le llevó desde la ciencia jurídica hasta la pedagogía militante. Tránsito en el que le acompañaron otros ilustres pensadores como Gumersindo de Azcárate o Bartolomé Cossío, sucesor de Giner al frente de la InstituciónLibre de Enseñanza.

Hace unos días tuve ocasión de visitar la exposición Giner, el maestro de la España moderna, prorrogada por cierto hasta el 22 de mayo, que ofrece una visión novedosa tanto de su figura como del impacto de la ILE en la historia del siglo XX español, rescatando piezas inéditas y con la colaboración de múltiples instituciones como la Biblioteca Nacional o el Museo del Prado. 

La impronta dejada por colaboradores y discípulos es innegable. Solo como ejemplo recordemos que de ocho premios Nobel españoles, la mitad de ellos estuvieron vinculados en su momento a la Residencia de Estudiantes (Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre)… sin olvidar  a García Lorca, Dalí y tantos otros genios de la Generación del 27. El impacto de su pensamiento en toda una generación de políticos: Besteiro, Zulueta y su sobrino, Fernando de los Ríos, teórico de lo que se conoce como “socialismo democrático” con la publicación de “El sentido humanista del socialismo” como obra de cabecera de esta corriente. 

Giner, B. Cossío y  R. Rubio
Pero más allá de la estratosfera del arte y la política, lo cierto es que el espíritu institucionista inspira también cambios efectivos en la legislación, de la mano de Gumersindo de Azcárate y el Instituto de Reformas Sociales, a quien se debe la primera legislación sobre accidentes de trabajo, descanso dominical, derecho a la huelga y regulación del marco laboral de mujeres y niños. 

Más allá del ámbito estrictamente académico, Giner concibe la escuela como un taller cuya misión era despertar el interés del niño por aprender, a partir del juego y la experimentación. Y a la evocación del taller recurre Besteiro en el discurso que pronuncia con motivo de la inauguración de las Cortes Constituyentes en 1931, empeñado en cimentar el paralelismo entre sus dos mentores (Pablo Iglesias y Giner de los Ríos) sobre el afán que ambos compartieron, desde distintas orillas, por extender la cultura como base de la transformación política que requería el país.

Lo cierto es que, aunque en ocasiones se ha acusado a la Institución Libre de Enseñanza de un cierto elitismo, su fundador creía firmemente en la necesidad de una renovación espiritual de la sociedad como motor esencial de progreso. En sus palabras “la educación, no la mera instrucción, ha de ser siempre el fin de la enseñanza” y, con este espíritu, discípulos como Ortega, pensaban que “seguir a Giner es seguir hacia adelante”. 

Ciertamente sus postulados, vistos con la distancia que otorga un siglo, no pueden encontrarse más vigentes en la pedagogía del siglo XXI:

  • APRENDIZAJE CONSTANTE. “La educación no tiene límite definido alguno, no se reduce a un periodo determinado de la vida, sino que comienza con esta y dura tanto como ella dura. La vida entera es continuo aprendizaje”.


  • PROFESOR COMO ACOMPAÑANTE. Lejos del concepto de clase magistral, los niños aprendían en contacto con la naturaleza, estudiaban su entorno, aprendían sus costumbres y recuperaban tradiciones. De alguna forma, Giner, fue el inventor de conceptos que se nos antojan novedosos, como el "coaching" y la "gamificación" (enseñanza basada en el juego). También intuyó paradigmas hoy asentados como la importancia de las emociones en el proceso de aprendizaje. "Mucho juego corporal y gimnástico, mucho taller, mucho aire libre, mucho aprendizaje de la sociedad y sus resortes, mucho movimiento, poco libro y mucho jabón y agua..." preconizaba Giner en un artículo publicado en 1884 dentro de Ensayos menores sobre Educación y Enseñanza.


  • CIENCIAS y HUMANIDADES. Giner y sus colegas concebían el constante diálogo entre técnica y pensamiento, ciencias de la naturaleza y ciencias del hombre. No en vano entre sus discípulos hubo eminentes personalidades de muy distintos campos del saber y del arte. Decía Bartolomé Cossío que “El mundo entero debe ser, desde el primer instante, objeto de atención y materia de aprendizaje para el niño”.


  • TOLERANCIA como piedra angular de su pensamiento.  La Institución Libre de Enseñanza se basaba en la independencia respecto a cualquier credo o partido, pero dando plena libertad a maestros y alumnos para militar o confesar la creencia de su elección. El interés de la Junta para Ampliación de Estudios por favorecer el contacto de los estudiantes con ideas y proyectos fuera de nuestras fronteras abogó por ampliar lo que hoy denominamos “zona de confort”, que no era otra cosa que empaparse de una realidad que trascendía el marco de lo conocido.  


Laboratorio  de la Residencia
 de Señoritas hacia 1930.
Mujeres en Vanguardia
  • IGUALDAD DE GÉNERO. Con el precedente de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, fundada en 1870 por Fernando de Castro, en 1915 se inaugura la “Residencia de Señoritas” dirigida nada menos que por María de Maeztu. Constituyeron verdaderos espacios de libertad en una sociedad que, por ejemplo, cuestionaba el derecho al voto para la mujer. La relación entre Giner de los Ríos y Gumersindo de Azcárate con Concepción Arenal, madre del feminismo español, está documentada en la correspondencia que mantuvieron y en la admiración que ambos le profesaron. Otras mujeres influyeron notablemente en el pensamiento de Giner, empezando por su propia madre, Berta de los Ríos Rosas, y terminando con Emilia Pardo Bazán, por citar solo a alguna de ellas. No podía ser de otra forma: la regeneración del país pasaba por una nueva educación y ésta no podía ignorar el papel que en ella debían jugar las mujeres.

Giner aspiraba a “levantar el alma del pueblo entero: formar maestros y reformar líderes para encabezar un país encallado en el atraso bajo la responsabilidad de su propia clase política. Ramón Pérez de Ayala afirmaba:  

"Declarémoslo con toda franqueza: entre españoles existe con maravillosa abundancia el tipo del político a quien se le da una higa del bien público. No somos servidores del pueblo con las responsabilidades anejas a una magistratura, sino trepadores de alturas. Un español no va a la política por vocación, sino por ambición."

Instituto Escuela hacia 1933.
A.G.A. (Alcalá de Henares)
Cuando Joaquín Costa clamaba por un hombre capaz de rescatar al país de su atraso Giner se sorprendía… “¿Un hombre? ¡Lo que se necesita es un pueblo!”. 

El legado que nos dejó trasciende su propia biografía a través de una red de colaboradores y discípulos cuya labor continuó mucho después de su muerte, hasta que en plena Guerra Civil el bando sublevado comenzara a afirmar que “Hay que pasar por las armas a la Señora Institución”, como recoge el recorte de prensa de la revista Atenas, publicado en 1937, que recoge la citada Exposición en la sede de la antigua ILE. 

A diferencia del entierro de Pablo Iglesias, el de Giner de los Ríos no fue, por voluntad propia, ni mucho menos multitudinario. Ni carroza, ni acompañante, así lo dejó dispuesto aquel hombre que afirmaba ser “cada día más radical y con la camisa más limpia” y que creía firmemente que “las obras lentas son las duraderas. ¡Ojalá esta nación lo comprenda algún día!". 


Un 1º de mayo es fácil recordar la contribución de Pablo Iglesias a nuestra historia más reciente, pero llega a nosotros con más dificultad el eco de la voz de otros personajes como Giner de los Ríos. 

"Entretanto, allá, en la Institución Libre, junto al balcón, otro viejo, con la gran frente calva entre las manos, meditaba, aguardaba, esperando y desesperando, la transformación espiritual y social de nuestra patria. También a don Francisco Giner de los Ríos se le llamaba en la intimidad el Abuelo". 
Luis de Zulueta, 1º de julio de 1928.


Si tienes ocasión, no dejes de visitar la exposición organizada por la Fundación Giner de los Ríos. Te sorprenderá la rabiosa actualidad, a más de un siglo vista, de sus postulados. Cierra los ojos, imagínate sentado en cualquier paraje de la sierra madrileña, siente el olor a romero y lavanda… y permite hablar de nuevo al viejo maestro.


2 comentarios:

  1. La historia como fuente de aprendizaje. Magnífica entrada. Felicidades.

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    1. Muchas gracias, Juan. Me alegra mucho que te haya gustado.Si tienes ocasión, no te pierdas la exposición organizada por la Fundación Giner de los Ríos.

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